Manera sólida pone la atención en el movimiento de las manos determinado por la estructura de los huesos. La inflamación y la rigidez presentes en unas articulaciones afectadas que se erosionan y deforman progresivamente con el paso del tiempo, condicionan sus posibilidades de movimiento.

Cuatro únicas fotografías analógicas en blanco y negro forman este estudio sobre el movimiento de unas manos que resisten.

Aferrarse al movimiento es un ejercicio de resistencia. Las manos que se niegan a aceptar la limitación inventan posiciones alternativas, nuevas maneras sólidas.

La proximidad de estas manos corresponde a la distancia natural a la que las contempla la mirada en primera persona.